Este blog ha levantado ampollas. Me ha reconectado con viejos amigos y desconectado de otros tantos. He recibido comentarios directos e indirectos, y aunque prefiero los primeros, los segundos me han dado nuevas ideas. Una de las preguntas personales que me ha llegado desde que decidí empezar a escribir y que se relaciona con el nombre del blog “Abriendo el Closet” es si yo voy a salir del closet, y sobre eso escribo hoy.
“Salir del closet” se ha usado generalmente como una metáfora para los gays, lesbianas, bisexuales, trans, etc. que abiertamente expresan su orientación sexual y su identidad de género, frente a la sociedad y sus familias. Esta expresión está conectada con los estereotipos o “cajitas” de las que hablé en la entrada anterior. Muchas personas meten a las lesbianas y a las feministas en la misma cajita.
Cuando le preguntó a mis amigos cómo se imaginan a un(a) feminista, muchos me responden que es una mari-macho lesbiana que odia a los hombres. Una vez más las cajitas son insuficientes para hablar de la complejidad del mundo en el que vivimos: ni todas las lesbianas son feministas, ni todas las feministas son lesbianas. No todas son mari-macho, y muchas amamos a los hombres.
Existen mujeres feministas heterosexuales, con hijos y esposos. Las hay lesbianas con y sin hijos. Hay hombres feministas como mi amigo Juan Sebastián que lleva años con su novia. Hay feministas jóvenes y viejas, negras, blancas, e indígenas; musulmanas, católicas, y ateas. Van desde Emma Watson hasta Florence Thomas.
También hay feministas que creen que vivimos en un mundo estructuralmente machista, otras para las que lo importante es cambiar las leyes para darles iguales derechos a los hombres y a las mujeres, unas que consideran que los hombres y las mujeres son esencialmente diferentes, las que creen en el aspecto positivo de la sexualidad, las queer, y feministas que critican al feminismo. Así que decir que yo soy lesbiana porque tengo un blog feminista es un poco reduccionista.
Hasta el día de hoy nunca he salido con una mujer, pero me pregunto: ¿Qué pasaría si lo hiciera? ¿En que cambia para la familia, la sociedad y los amigos que una persona salga con otra de su mismo sexo? ¿No hace esto parte de la vida personal de cada quien? ¿Porqué nos parece “normal” que alguien sea heterosexual pero “anormal” el resto? La OMS dejó de clasificar el homosexualismo como una enfermedad desde hace más de 20 años.
De dientes para afuera, la homofobia se ha reducido mucho. Supuestamente somos más abiertos a la diversidad sexual. Muchos postean en Facebook a favor de los derechos de la comunidad LGBT, en contra de la muerte de Sergio Urrego, o defendiendo al hijo de Juan Pablo Ángel que muchos matonearon por usar ropa que no encajaba en los estándares heterosexuales colombianos. Sin embargo todo cambia cuando esa persona no es la que sale en televisión o en las noticias, sino el papá, el hermano, la prima, o la amiga.
Tengo una amiga que no ha podido contarle a sus papás que es lesbiana por miedo a que la dejen de querer. Un amigo que ha pagado todas las sesiones de terapia imaginables y se ha tomado cientos de antidepresivos porque no logra salir del closet. Una que es bisexual, y sobre quien he oído comentarios como “¡que se defina!” o “lo único que quiere es llamar la atención”. Tengo también una amiga activista trans que a mucha gente le parece exagerada. Me pregunto ¿acaso son menos personas por no ser heterosexuales? ¿acaso su orientación sexual o su identidad de género indica cuales son sus valores y sus ideas?¿Porqué no dejamos nuestros propios prejuicios y aceptamos la diferencia, y de paso dejamos de hacerle daño a nuestros seres queridos? Como diría Paul McCartney: “Let it be”.
El día que comencé a escribir públicamente sabía que me exponía a comentarios y críticas personales, a acuerdos y desacuerdos. Pero de eso se trata lo que yo llamo "abrir el closet", de ventilar las ideas y prejuicios propios y ajenos, de expresar mi opinión personal sobre la sociedad en la que vivo, y de paso conocer mejor los pensamientos de quienes me rodean, para bien y para mal. Repito: este blog ha levantado ampollas, y si logra contribuir a la reflexión sobre las ideas que expongo, espero que lo siga haciendo.